"Hija, tu Fe te ha Salvado"

Este mes celebramos el Mes de la Historia de la Mujer, es esencial mirar hacia atrás a las mujeres en la Biblia que desempeñaron roles significativos en la formación de la historia. Hoy quiero compartir contigo la historia de "La mujer que sangraba" y cómo Jesús la vio y la reconoció.
La mujer que sangró durante doce años había sufrido mucho dolor y sufrimiento, tanto física como emocionalmente. Había gastado todo su dinero en médicos pero no se había curado. Había sido marginada de su comunidad, considerada impura e intocable. Pero un día, oyó hablar de Jesús y creyó que si pudiera tocar el borde de su vestido, sería sanada. Cuando ella se acercó y tocó el vestido de Jesús, él se detuvo y preguntó: "¿Quién me tocó?" Sus discípulos estaban confundidos ya que había una multitud y muchos lo estaban tocando, pero Jesús sabía que alguien lo había tocado con fe. La mujer se acercó y le contó todo, y Jesús respondió con compasión y gracia. La llamó "hija" y dijo: "Tu fe te ha sanado. Ve en paz y queda libre de tu sufrimiento" (Marcos 5:34).
Es importante reconocer las palabras de Jesús cuando la llamó "hija". En una sociedad patriarcal donde las mujeres eran consideradas inferiores, Jesús elevó su estatus llamándola "hija". Reconoció su humanidad, su sufrimiento y su fe. La vio como una amada hija de Dios, digna de amor y merecedora de respeto. La historia de la mujer nos enseña que el amor y la compasión de Jesús no se limitan a un género, raza o clase social particular. Nos ve a todos como iguales, y su amor no conoce límites. Su reconocimiento de la fe y el sufrimiento de la mujer nos recuerda que Dios ve y se preocupa por nuestro dolor, y podemos confiar en su poder sanador.
Hoy en día, las mujeres todavía enfrentan desafíos y discriminación en muchas áreas de la vida. Pero al reflexionar sobre la mujer que sangraba, podemos encontrar esperanza y aliento. Podemos recordar que Jesús nos ve, nos reconoce y nos ama, sin importar lo que hayamos pasado o de dónde vengamos. Podemos obtener fuerza de la fe y el coraje de la mujer, sabiendo que nosotros también podemos acercarnos a Jesús con nuestras necesidades y confiar en su poder sanador. Entonces, celebremos el Mes de la Historia de la Mujer reconociendo a las mujeres en la Biblia que nos inspiran y nos recuerdan el amor y la compasión de Jesús. Estemos juntos y sigamos trabajando hacia la igualdad y la justicia de género, sabiendo que Jesús está de nuestro lado, llamándonos "hijas" y abrazándonos con su amor.